Publicado el Deja un comentario

EL ARTE DE REGALAR

Conjunto de regalo con el colgante de oro Nudo Perenne en un precioso collar de espinelas negras y pirita, con su empaquetado cde regalo.

El arte de regalar va más alla de simplemente entregar un objeto bonito, envuelto en papel vistso. Es una expresión de cariño, gratitud y consideración, que puede transformar tanto al que da como al que recibe. En un mundo donde a menudo nos vemos atrapados por la vorágine de la rutina diaria o el consumismo, regalar se convierte en un acto que nos recuerda la importancia de la conexión humana y el valor de mostrar aprecio.

Cuando nos sumergimos en el proceso de elegir el regalo perfecto, nos embarcamos en un viaje que implica conocimiento, empatía y creatividad. Más allá del valor económico, un regalo significativo se convierte en un portador de emociones y sentimientos cuidadosamente seleccionados. ¿Cómo podemos entonces, perfeccionar este arte y hacer que cada regalo sea una experiencia memorable?

El arte de regalar, desde mi perspectiva como diseñadora de joyas, adquiere un significado especial al fusionar la belleza del diseño con la transmisión de sentimientos, que sellen con emoción un momento inolvidable.

Estos son 3 consejos básicos para preparar los mejores regalos:

1.- La personalización es la clave: Opta por piezas personalizadas que transmitan un mensaje profundo. Una joya con simbolismo, un grabado especial, un nombre o la recreación de una pieza significativa, pueden convertir una joya en un tesoro inolvidable.

En mi colección Talismán encontrarás joyas que transmiten sentimientos a través de símbolos ancestrales, y que entrego con un díptico en el que se detalla el significado de cada uno,

Estas joyas están impregnadas de la esencia de la cultura astur-celta, una fuente inagotable de simbolismo y significado. Cada pieza es un talismán que lleva consigo la energía y la historia de tierras antiguas. Inspirada por las tradiciones y los símbolos de esta cultura, esta colección es un homenaje a la conexión eterna entre el arte y la vida.

Colección Talismán, joyas astur-celtas, con simbolismo ancestrral

2. Calidad sobre cantidad: Invierte en piezas de calidad, que perdurarán en el tiempo, y también son una inversión en el amor y los recuerdos compartidos.

En el corazón de mis colecciones se encuentra nuestro símbolo más preciado: la Virgen de Covadonga. Para celebrar su centenario, creé un medallón excepcional que recrea la majestuosidad de la cueva y su cascada de agua. Utilizando metales nobles y gemas naturales, he logrado capturar la esencia pura de este lugar sagrado. La imagen resplandeciente de la Santina, en oro en su interior, añade un toque de divinidad a la pieza.

Este medallón ha sido tan bien recibido, que decidí diseñarlo en un tamaño más pequeño, permitiendo que más personas lleven consigo a nuestra Santina, donde quiera que vayan. Es más que una joya, es un recordatorio constante de la fe, la belleza de esta tierra asturiana y la conexión con lo divino.

3. Sé creativa con los diseños: No tengas miedo de explorar diseños únicos y fuera de lo común. Las joyas pueden ser una expresión de la personalidad de quien las lleva.

Aquí te dejo algunas sugerencias, como las piezas de mi colección Celosías Prerrománicas. El arte prerrománico asturiano es una joya en sí mismo y he querido capturar su esencia en esta colección. Cada pieza es una ventana al pasado, donde se pueden apreciar los intrincados detalles de las celosías que adornan los monumentos asturianos. Estas joyas reflejan la delicadeza y la sofisticación de este arte único en el mundo.

También para ellos creo piezas únicas y con gran simbolismo, inspiradas en el arte y la cultura de Asturias.

¿Buscas algo minimalista, elegante o llamativo? Juntas, podemos encontrar el diseño perfecto que refleje la esencia de la persona que recibirá el regalo.Esta Navidad, regala joyas con significado y estilo.

¡Ponte en contacto conmigo para comenzar a crear el regalo perfecto que hará brillar los ojos de tus seres queridos!

Publicado el Deja un comentario

LAS JOYAS DEL REINO DE ASTURIAS

Las joyas del Reino de Asturias: Cruz de la Victoria, cruz de los Ángeles y caja de las ágatas

Las joyas del Reino de Asturias son tesoros de esta tierra, entre el mar y la montaña, que cada mes de Septiembre se inunda de celebraciones para festejar su historia, su cultura y sus tradiciones.

Un aspecto de esta historia que merece especial atención, son las joyas que han perdurado a lo largo de los siglos, como testigos silenciosos de la grandeza de Asturias.

Las joyas del Reino de Asturias, son piezas que encarnan la esencia misma de esta tierra, desde el siglo VIII. Cada una de ellas cuenta una historia única y valiosa, que se entrelaza con la historia de este antiguo reino, y sus habitantes.

De entre todos los tesoros de esa época, son tres las joyas que destacan singularmente: la cruz de la Victoria, la cruz de los Ángeles y la caja de las ágatas, que se custodian en la Cámara Santa de la catedral de Oviedo, construida para tal fin por el rey asturiano Alfonso II el Casto.

La más antigua de estas joyas es la Cruz de Los Ángeles, llamada así porque su belleza sin igual dió origen a una leyenda, recogida en la obra del obispo Lucas de Tuy, que dice que «deseando el rey Alfonso II el Casto donar una cruz de oro y piedras preciosas a la iglesia de San Salvador de Oviedo, encargó su factura a dos orfebres peregrinos que pasaron por la ciudad, a quienes dió el oro y piedras preciosas para trabajarla, así como una casa como taller. No estando el rey muy convencido de la valía de estos peregrinos, encargó a unos de sus guardias ir a comprobarlo y éstos, al llegar al taller donde trabajaban observaron un resplandor que les impidió ver su interior y corrieron a comunicárselo al rey que se acercó a la casa encontrándola vacía pero con una bella cruz de oro y piedras preciosas que brillaba con gran intensidad». Por ello, se la representa con dos ángeles, uno a cada lado del pie.

Es una cruz de estilo griego, con sus cuatro brazos casi idénticos, en cada uno de los cuales hay una cajita de tapa corredera, para albergar reliquias.

El anverso de la cruz, se adorna con labores de filigrana y distintas piedras de color, talladas en forma de cabujón, siendo algunas camafeos de época romana reutilizados, representando a la diosa Atenea, otro a Eneas abandonando Troya, otro una joven campesina romana y otro una cabeza de cabra con cuerpo de serpiente. La piedra del disco central es un granate en talla cabujón.

El reverso de la cruz, cuenta con un camafeo romano de ágata en su disco central, rodeado por perlas y pedrería, y en cada extremo de los brazos hay una gema, rodeada por pequeñas piedras.

Asimismo, en los brazos se puede leer una inscripción en letras de oro que dice así: «Permanezca en honor de Dios ésto, realizado con complacencia. Alfonso, humilde siervo de Dios, lo ofrenda. Cualquiera que presumiere llevarme fuera de donde mi buena voluntad la dedicó, perezca espontáneamente con el rayo divino. Esta obra se concluyó en la era 846 (año 808). Con este signo es protegido el piadoso. Con este signo es vencido el enemigo».

La cruz de la Victoria es también una cruz relicario pero de estilo latino, en cuyo disco central existe un compartimento en el que antiguos escritos afirman que se guardó un fragmento del Lignum Crucis. Cuenta la leyenda que su alma no es otra que la cruz de roble que Pelayo, primer rey de Asturias y por tanto de España, enarboló en la batalla de Covadonga contra el Islam, en el 718. El rey Alfonso III el Magno,  mandó cubrirla de oro, esmaltes y piedras preciosas, para donarla a la naciente catedral de Oviedo, en el 908.

Se trata de una pieza de gran tamaño, midiendo 92 cm. de alto por 72 cm. de ancho, siendo el diámetro de su disco central de 14 cm. Para recubrirla se utilizaron más de 5 kilos de oro, así como preciosos esmaltes y gemas de diferentes tallas y colores.

En el reverso hay engastadas piedras en forma de cabujón y los clavos que fijan la lámina de oro a la cruz de madera, están cubiertos con florecillas, esferitas y formas amigdaloides soldadas. Además, se puede leer la siguiente inscripción en letras de oro: «Permanezca esto coplacientemente en honor de Dios, que ofrecen los servidores de Cristo Alfonso príncipe y Jimena reina. Quienquiera que arrebatase este don nuestro perezca por el rayo divino. Esta obra se terminó y concedió a San Salvador ovetense. Este signo protege al piadoso. Este signo vence al enemigo. Esta cruz se se fabricó en el castillo de Gauzón  el año 42 de nuestro reinado, transcurriendo la era 946» (año 908).

Por último la Caja de las Ágatas, donada a la catedral de Oviedo por el infante Fruela y su madre, la reina Jimena, esposa del rey Alfonso III el Magno, en el año 910.

Es una caja de madera de cerezo, recubierta de láminas de oro repujadas con motivos florales, excepto la base que es de plata maciza. Estas láminas de oro, tienen ágatas listadas, que son las que le dan nombre. Los laterales de la caja se dividen en dos niveles cuya decoración combina distintas gemas con cenefas repujadas.

La placa colocada horizontalmente sobre la tapa es más antigua que el resto, barajándose la posibilidad de que haya sido un cinturón franco del siglo VIII o  un broche relicario de estilo carolingio labrado entre el siglo VIII y el siglo IX. Esta placa aparecía adornada por 655 granates, 4 perlas, 12 esmaltes y 13 cabujones, habiéndose perdido parte de todo ello con el correr de los tiempos. Los esmaltes policromados que se aprecian representan dragones, árboles, pájaros, peces, cuadrúpedos y reptiles.

En la base de plata del arca aparece grabado el Tetramorfos, los cuatro símbolos de los evangelistas, rodeando la Cruz de la Victoria y se puede leer la siguiente inscripción: «Permanezca esto complacientemente realizado en honor de Dios, que ofrecen los servidores de Cristo Fruela y Nunilo por sobrenombre Jimena. Esta obra se realizó y se concedió a San Salvador ovetense, quienquiera que pretendiera arrebatar este don nuestro perezca por el rayo divino. Se fabricó en la Era 948 (año 910).

Tanto la cruz de Los Ángeles, símbolo de la ciudad de Oviedo, como la cruz de La Victoria, son joyas que se siguen reproduciendo en la actualidad, por los joyeros de la región. También en nuestra joyería hacemos la interpretación de estas maravillosas Joyas del Reino de Asturias. Comparto aquí algunas, esperando que gusten.

Publicado el Deja un comentario

LA MAGIA DE LA NAVIDAD

Comienza la época del año más entrañable, en la que el mundo se cubre de un halo de solidaridad, optimismo y alegría. Las ciudades brillan de un modo especial, llenando sus calles y comercios de gente deseosa de encontrar los regalos perfectos, que hagan felices a sus seres más queridos. Llegan preciosos momentos de reuniones familiares, de amigos, compañeros de trabajo, los reencuentros y la maravillosa ilusión de los niños.

Aquí traigo algunas sugerencias con las que deslumbrar en los eventos de estas fiestas, potenciando tu personalidad. Y, como no, ideas para elegir el regalo perfecto, que saque un «wow» de quien lo recibe y te recuerde con cariño cada vez que lo use.

Vamos con las primeras: sugerencias, las de las piezas que te harán deslumbrar. Aquí me decanto por sugerirte cualquiera de las que encontrarás en mi colección Celosías Prerrománicas. No solo deslumbrarás con ellas, además ayudarás a divulgar lo mejor de nuestro arte y de nuestra cultura.

También las joyitas de la colección Talismán, son ideales para lucir estos días y llevar piezas con un ancestral significado, que todos querrán conocer.

Y ahora unas cuantas ideas, para que los regalos sean todo un éxito y se recuerden siempre.

Para una hermana o una amiga especial:

Para tu mami:

Para ellos:

Para las peques:

¡Este año toca disfrutar de las fiestas, con toda la ilusión de cuando éramos niños! Acércate a visitarnos para que los regalos, que transmitan tus mejores sentimientos, no sean un quebradero de cabeza para tí. Te animo a dar una vuelta por nuestra tienda online y, como no, a acercarte a nuestra tienda física para asesorarte mejor.

Seguro que logramos despertar la Magia de la Navidad, para crear momentos inolvidables.

¡Feliz Navidad!

Publicado el Deja un comentario

1.300 AÑOS DE LA BATALLA DE COVADONGA

Cada 8 de Septiembre se celebra el día de Asturias, así como el día de Nuestra Señora de Covadonga. Este año además, celebramos los 1.300 años de la batalla que cambió el curso de la historia de España y, posiblemente, del resto de Europa: en ella un puñado de valientes guerreros astures, capitaneados por don Pelayo, vencieron a los sarracenos desde la montaña que alberga la cueva donde supuestamente se les apareció la Virgen para darles la fuerza con la que proteger y defender esta tierra y a sus nobles habitantes. Este fue el comienzo de La Reconquista de España como nación.

Con tal motivo, muchos os interesais por el especial medallón de Covadonga con aguamarinas que preside nuestro escaparate y pedís más información. Hoy os la traigo toda de nuevo:

El medallón fue creado en 2018 para conmemorar un triple centenario: el de la coronación canónica de la Virgen de Covadonga, los cien años de la creación del Parque Nacional de la montaña de Covadonga y los 1.300 años del nacimiento del Reino de Asturias.

Quise diseñar una pieza llena de simbolismo, con la cueva realizada en plata de primera ley envejecida, representando la roca, el agua que mana tras la cueva está representada por cinco tiras de aguamarinas naturales facetadas y la Virgen de Covadonga en oro destacando con su Luz dentro de la cueva.

Se trata de una edición numerada, habiendo sido entregada la pieza número 1 en el Real sitio de Covadonga, como ofrenda a la Santina (como cariñosamente llamamos los asturianos a la Virgen de Covadonga).

Al año siguiente, y por petición de mamás y abuelitas, creé la medallita en tamaño más pequeñito, para las niñas que hacen su Primera Comunión. En este caso, no va numerada pero se puede grabar detrás con nombre y fecha. y se hace con la Santina en oro de 18 kilates o en plata de primera ley.

Ambas medallas se pueden personalizar, tanto con el grabado, como con piedras diferentes en la cascada o engastadas en la imagen, como la que muestro en la foto inferior que personalizamos para el regalo de Bodas de Oro que mi padre le hizo a mi madre, precisamente en 2018: en este caso le añadimos tres diamantes a los pies de la Santina, simbolizando los tres hijos que tuvieron.

Tanto el medallón del Centenario como la medalla, se han convertido ya en un icono de nuestra tierra y se pueden adquirir tanto en nuestra tienda física como en nuestra tienda online:

Medallón centenario de Covadonga: https://monicaapariciojoyeria.es/producto/medallon-centenario-covadonga/

Medalla de Covadonga: https://monicaapariciojoyeria.es/producto/medalla-plata-covadonga/ga/

Publicado el Deja un comentario

NUDO PERENNE Símbolo de amor eterno

Con el Día de la Madre próximo y arrancando la temporada de bodas y compromisos matrimoniales, buscamos un regalo que transmita y potencie ese vínculo de amor eterno tan difícil de describir solo con palabras. Por ello estoy hoy encantada de acercaros a conocer el significado de este bello símbolo, el nudo perenne, de orígenes celtas y muy presente también en la ancestral cultura astur, que está representado en mi colección Talismán.

Lo podeis encontrar solo en oro o combinado con piedras semipreciosas, de bellos colores.

Y en su versión más sofisticada, combinado con diamantes que refuerzan aún más ese significado de eternidad. Una reafirmación de este vínculo de amor eterno, más alla del tiempo y del espacio, imposible de deshacer.

Como cada pieza de nuestra colección Talismán, se entrega con un díptico en el que se detalla el significado de esta pieza de joyería, para que quien la reciba pueda comprender todo lo que se quiere transmitit con este exquisito regalo.

Una magnífica elección tanto para sellar un compromiso de pareja, como el vínculo de amor entre madre e hijo/a e incluso como símbolo de amistad eterna.

Publicado el Deja un comentario

¡¡BIENVENIDOS A MI PEQUEÑO UNIVERSO!!

Talismán joyas astur-celtas

Bienvenidos a Mii Pequeño Universo, este pequeño espacio donde compartir mi pasión por este milenario arte que es la joyería, así como mi fascinación por las piedras preciosas, por su belleza, rareza y durabilidad. Todo un pequeño universo de pasión por la joyería.

Sigue leyendo ¡¡BIENVENIDOS A MI PEQUEÑO UNIVERSO!!
Publicado el Deja un comentario

LAS JOYAS DEL REINO DE ASTURIAS

Las joyas del Reino de Asturias: Cruz de la Victoria, cruz de los Ángeles y caja de las ágatas

Las joyas del Reino de Asturias son tesoros de esta tierra, entre el mar y la montaña, que cada mes de Septiembre se inunda de celebraciones para festejar su historia, su cultura y sus tradiciones.

Un aspecto de esta historia que merece especial atención, son las joyas que han perdurado a lo largo de los siglos, como testigos silenciosos de la grandeza de Asturias.

Las joyas del Reino de Asturias, son piezas que encarnan la esencia misma de esta tierra, desde el siglo VIII. Cada una de ellas cuenta una historia única y valiosa, que se entrelaza con la historia de este antiguo reino, y sus habitantes.

De entre todos los tesoros de esa época, son tres las joyas que destacan singularmente: la cruz de la Victoria, la cruz de los Ángeles y la caja de las ágatas, que se custodian en la Cámara Santa de la catedral de Oviedo, construida para tal fin por el rey asturiano Alfonso II el Casto.

La más antigua de estas joyas es la Cruz de Los Ángeles, llamada así porque su belleza sin igual dió origen a una leyenda, recogida en la obra del obispo Lucas de Tuy, que dice que «deseando el rey Alfonso II el Casto donar una cruz de oro y piedras preciosas a la iglesia de San Salvador de Oviedo, encargó su factura a dos orfebres peregrinos que pasaron por la ciudad, a quienes dió el oro y piedras preciosas para trabajarla, así como una casa como taller. No estando el rey muy convencido de la valía de estos peregrinos, encargó a unos de sus guardias ir a comprobarlo y éstos, al llegar al taller donde trabajaban observaron un resplandor que les impidió ver su interior y corrieron a comunicárselo al rey que se acercó a la casa encontrándola vacía pero con una bella cruz de oro y piedras preciosas que brillaba con gran intensidad». Por ello, se la representa con dos ángeles, uno a cada lado del pie.

Es una cruz de estilo griego, con sus cuatro brazos casi idénticos, en cada uno de los cuales hay una cajita de tapa corredera, para albergar reliquias.

El anverso de la cruz, se adorna con labores de filigrana y distintas piedras de color, talladas en forma de cabujón, siendo algunas camafeos de época romana reutilizados, representando a la diosa Atenea, otro a Eneas abandonando Troya, otro una joven campesina romana y otro una cabeza de cabra con cuerpo de serpiente. La piedra del disco central es un granate en talla cabujón.

El reverso de la cruz, cuenta con un camafeo romano de ágata en su disco central, rodeado por perlas y pedrería, y en cada extremo de los brazos hay una gema, rodeada por pequeñas piedras.

Asimismo, en los brazos se puede leer una inscripción en letras de oro que dice así: «Permanezca en honor de Dios ésto, realizado con complacencia. Alfonso, humilde siervo de Dios, lo ofrenda. Cualquiera que presumiere llevarme fuera de donde mi buena voluntad la dedicó, perezca espontáneamente con el rayo divino. Esta obra se concluyó en la era 846 (año 808). Con este signo es protegido el piadoso. Con este signo es vencido el enemigo».

La cruz de la Victoria es también una cruz relicario pero de estilo latino, en cuyo disco central existe un compartimento en el que antiguos escritos afirman que se guardó un fragmento del Lignum Crucis. Cuenta la leyenda que su alma no es otra que la cruz de roble que Pelayo, primer rey de Asturias y por tanto de España, enarboló en la batalla de Covadonga contra el Islam, en el 718. El rey Alfonso III el Magno,  mandó cubrirla de oro, esmaltes y piedras preciosas, para donarla a la naciente catedral de Oviedo, en el 908.

Se trata de una pieza de gran tamaño, midiendo 92 cm. de alto por 72 cm. de ancho, siendo el diámetro de su disco central de 14 cm. Para recubrirla se utilizaron más de 5 kilos de oro, así como preciosos esmaltes y gemas de diferentes tallas y colores.

En el reverso hay engastadas piedras en forma de cabujón y los clavos que fijan la lámina de oro a la cruz de madera, están cubiertos con florecillas, esferitas y formas amigdaloides soldadas. Además, se puede leer la siguiente inscripción en letras de oro: «Permanezca esto coplacientemente en honor de Dios, que ofrecen los servidores de Cristo Alfonso príncipe y Jimena reina. Quienquiera que arrebatase este don nuestro perezca por el rayo divino. Esta obra se terminó y concedió a San Salvador ovetense. Este signo protege al piadoso. Este signo vence al enemigo. Esta cruz se se fabricó en el castillo de Gauzón  el año 42 de nuestro reinado, transcurriendo la era 946» (año 908).

Por último la Caja de las Ágatas, donada a la catedral de Oviedo por el infante Fruela y su madre, la reina Jimena, esposa del rey Alfonso III el Magno, en el año 910.

Es una caja de madera de cerezo, recubierta de láminas de oro repujadas con motivos florales, excepto la base que es de plata maciza. Estas láminas de oro, tienen ágatas listadas, que son las que le dan nombre. Los laterales de la caja se dividen en dos niveles cuya decoración combina distintas gemas con cenefas repujadas.

La placa colocada horizontalmente sobre la tapa es más antigua que el resto, barajándose la posibilidad de que haya sido un cinturón franco del siglo VIII o  un broche relicario de estilo carolingio labrado entre el siglo VIII y el siglo IX. Esta placa aparecía adornada por 655 granates, 4 perlas, 12 esmaltes y 13 cabujones, habiéndose perdido parte de todo ello con el correr de los tiempos. Los esmaltes policromados que se aprecian representan dragones, árboles, pájaros, peces, cuadrúpedos y reptiles.

En la base de plata del arca aparece grabado el Tetramorfos, los cuatro símbolos de los evangelistas, rodeando la Cruz de la Victoria y se puede leer la siguiente inscripción: «Permanezca esto complacientemente realizado en honor de Dios, que ofrecen los servidores de Cristo Fruela y Nunilo por sobrenombre Jimena. Esta obra se realizó y se concedió a San Salvador ovetense, quienquiera que pretendiera arrebatar este don nuestro perezca por el rayo divino. Se fabricó en la Era 948 (año 910).

Tanto la cruz de Los Ángeles, símbolo de la ciudad de Oviedo, como la cruz de La Victoria, son joyas que se siguen reproduciendo en la actualidad, por los joyeros de la región. También en nuestra joyería hacemos la interpretación de estas maravillosas Joyas del Reino de Asturias. Comparto aquí algunas, esperando que gusten.